Había una vez un cazador que no dormía todo lo suficiente y que cuando iba a cazar tenía sueño. Un día no durmió nada, se quedó dormido y se creían que se había muerto pero no lo estaba. Al día siguiente durmió todo lo suficiente y le pegó un tiro a un oso, a un ciervo, a un cerdo, a un león, a un caballo y a más animales. Luego se quedó dormido y no se levantó hasta que pasó una semana. Luego pasó otra semana despierto y cuando pasó esa semana se quedó dormido cien años.
Lucía
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