Érase una vez un niño que de mayor quería ser un emperador. Pasaron los años y el niño era muy mayor pero los padres no querían que fuera emperador porque se podía morir en la guerra. Un cocodrilo vio a un hombre triste y le dijo: "Yo te ayudaré a que seas emperador". Y le dijo: "¿Cómo lo has adivinado?". "Porque soy mágico". Entonces fueron a ver si los meperadores le dejaban ser uno de ellos y le dijeron que no. Entonces el cocodrilo con su magia hizo que dijeran que sí y lo dijo. Fueron a la casa de Juan Pablo, que era el nuevo emperador, para que el cocodrilo le pusiera magia y dijeran que sí, pero los padres alucinaron al ver a un cocodrilo hablar, pero dijeron que sí y en la primera guerra se cargó a 92 hombres. Ahora quería ser torero y fue en busca del cocodrilo pero no lo encontraba. Se puso a llorar para que viniera. Vino pero le dijo que ya no tenía magia. Juan Pablo dijo que siendo emperador se acostumbraría.
Francisco
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