La osa presumida

Érase una vez una osa muy pero que muy presumida. Siempre se ponía muchos vestidos y todos le decían: "¡Presumida, que eres una presumida!". Ella estaba muy contenta porque se creía que la palabra presumida significaba que estaba muy guapa. Hasta para dormir se ponía el vestido. Una mañana se puso de nuevo el vestido, pero esta vez iba a ser diferente. Cuando fue al comedor se enfadó mucho porque era lo que siempre se ponía y entonces ya no volvieron a llamarle la osita presumida.

                                                                  Gema

No hay comentarios:

Publicar un comentario